viernes, 19 de marzo de 2010
Kiski, el entorno y su influencia.
Lo primero que heredamos al nacer son una serie de características de nuestros padres, tanto físicos como de conducta. Nuestro comportamiento en la vida se va moldeando de acuerdo a lo que vamos aprendiendo de nuestro entorno familiar, de amigos, social y de trabajo.
Esta reflexión en realidad ha rondado por mi cabeza a raíz del carácter que tiene Kiski, mi perro.
Kiski, es un dogo argentino de seis años, una vecina de mi barrio de soltero me lo vendió en cuarenta dólares, Kelly, la madre había dado a luz a dos hembras y dos machos. Lo escogí porque fue el primero que se acercó a mis manos. El otro macho, Argos, vive con la dueña de Kelly.
La característica de un Dogo argentino es la de un perro rudo e intimidante, con una cabeza y craneo muy parecido al siempre temido Pitbull, en tamaño y contextura es más parecido a un Doberman, son de poco ladrar, sólo cuando es necesario. En sus inicios esta raza se usó para la caza de pumas y jabalíes, ya se imaginarán la fuerza que deben de tener. Al momento de la compra sabía poco de esta raza, es así que empecé a interesarme por sus antecedentes y características.
El carácter de Kiski, dista mucho de su hermano Argos, este es un perro que pareciera no le gusta tener amigos, ladra a extraños y suele querer pelearse con cuanto can este a su vista. Es el entorno donde se han criado que los diferencia, Kiski siempre ha tenido la libertad de caminar por toda la casa, lo cual le ha permitido estar en contacto con todas las personas, una vez puestas todas sus vacunas empezó a conocer parques y calles, viendo a otros perros y más personas, en todos los casos yo lo acompañaba. Desde que lo tengo siempre ha tenido mi primera atención, y mis padres que son las otras personas con quien más contacto tiene, lo han sabido criar y querer.
Su relación con otros perros en la mayoría de casos ha sido buena, por lo general suele acercarse a cualquiera que vea para intentar jugar, las excepción han sido curiosamente su hermano, esto explicado por la rivalidad de macho que se presenta desde la juventud, todo perro cuida su espacio.
Este ambiente familiar ha hecho que Kiski sea un perro muy tierno y hasta engreído, ello sin dejar de ser un perro imponente, que ladra cuando siente que hay algún peligro o algo le molesta. Mis sobrinos, que un inicio sentían un temor natural por el, hoy lo acarician y juegan con el. A cada visita que hay a la casa de mis padres suele reclamar alguna acaricia a modo de saludo, y si soy yo el visitante, reclama un paseo, estoy obligado a prestarle atención.
En una casa, donde mi padre es muy apegado a los animales, toros, vacas, carneros, burros, caballos, cuyes, gallinas y perros, sabe como atenderlo, con paciencia y sobre todo cariño, es fácil entonces que Kiski se sienta querido y protegido, asimismo, el muestre apego a las personas sin mayor recelo. Mi madre pone el contrapeso, con su carácter imponente, suele alzar la voz para corregir algún mal comportamiento.
Es curiosa la manera natural como el entorno, en este caso familiar, moldea el comportamiento, formando el carácter ya descrito de Kiski.
Hasta pronto.
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domingo, 12 de julio de 2009
La festividad de la Virgen del Carmen en Michivilca
La fiesta de la Virgen del Carmen es una tradición colonial, que se celebra en distintos pueblos del Perú y en otros también en otros países a nivel mundial.
Todos los años en el domingo más cercano al dieciséis de julio se programa la fiesta principal de Michivilca, tanto en nuestro pueblo natal, como en la ciudad de Lima, donde se encuentran todos los inmigrantes, nuestros paisanos.
Es el día central el reencuentro anual, del recuerdo de las costumbres, bailes y comidas típicas. Aunque les contaré que el preparativo para esta fiesta empieza un año antes (en la fiesta anterior) donde se va comprometiendo al son de la música y la bebida especialmente preparada para ese día, el caliche por ejemplo , a los paisanos a colaborar con algún grupo musical, comida o dinero para la fiesta patronal del siguiente año, obviamente que muchos de los que se comprometen con copas encima aceptan sin chistar, luego se darán cuenta que tienen que ahorrar para cumplir con su compromiso, bueno es parte de nuestro folclor. El principal comprometido entre todas las personas es el nuevo Mayordomo, quien tendrá el encargo de preparar la fiesta central, obviamente que la consigna es que sea mejor que la anterior.
La fiesta, como les comentaba, siempre es un domingo, pero empieza desde el sábado, con una reunión en la casa de los Mayordomos, los paisanos van a visitarlos, es una reunión pequeña, donde por lo general participan los más allegados a la familia de los Mayordomos y los paisanos más nostálgicos de esta fiesta. Suele extenderse hasta el amanecer del domingo.
La misa por la Virgen se da antes del mediodía, se lleva la estatua de la Virgen a la Iglesia escogida, previamente bien arreglada y maquillada para la ocasión, para que sea bendecida por el párroco. Una vez terminada la misa, se pasa a la tradicional procesión de unas cuantas calles, seguida siempre por los pocos paisanos que llegan a ir a esa hora, y los músicos contratados para llevar el compás de la procesión. Una vez terminada la procesión se traslada en una camioneta a la Virgen al local de fiesta patronal. Los paisanos van mediante diversos medios de transporte al local, saben que les espera un suculento almuerzo de los platos más deliciosos que siempre añoran volver a probar. Para empezar habrá un delicioso caldo de cabeza o un irresistible patasca (sopa de mote), de allí se podrá disfrutar de la pachamanca y algún otra delicia culinaria. No faltará por supuesto la bebida especial, la chicha de jora, el caliche y alguna bebida ocasional preparada por los anfitriones.
Los paisanos michivilquinos poco a poco van llegando al local de la fiesta, el programa musical va entrando en funcionamiento, primeramente con los músicos menos conocidos y alguna que otra participación ocasional de los hijos o conocidos. Por lo general siempre se contrata entre uno y dos artistas reconocidos que se presentarán en el horario estelar, a eso de las ocho y nueve de la noche, ya se imaginarán que la fiesta terminará en la madrugada del lunes.
Pero más allá del baile y los brindis, lo que se logra con estas reuniones anuales es el reencuentro de una población que por cuestiones más económicas han tenido que salir de su pueblo natal hacia la capital, son unas horas donde cada uno de los participantes michivilquinos se sienten orgullosos de sus raíces y lo pueden demostrar sin restricciones, saben que los demás lo entenderán. Porque para entender a un michivilquino tiene que haber otro michivilquino.
Se trata de preparar la fiesta manteniendo las tradiciones del pueblo, tanto a nivel musical, comida, vestimenta y otras costumbres, pero que por el paso del tiempo se irán perdiendo conforme o mutando a otras costumbres.
La música especial y que hace estremecer a todo michivilquino es la música cerreña, lamentablemente ya no existen artistas con la gala de antes que puedan mantener estas melodías, verán que los más entusiastas en bailarlas son los paisanos más antiguos, porque aparte de escuchar el sonido del violín, las bandolinas y guitarras, están las historias que encierran estas canciones cerreñas.
A estas horas que escribo este artículo ya deben estar con los preparativos para la misa, hoy Ángel Dámazo promete deleitarnos nuevamente con su inolvidable San Juan de Yacan, y esto saben porque?, porque en parte de la letra de esta canción se nombra a nuestra añorable Michivilca.
Hasta pronto.
sábado, 28 de marzo de 2009
Kiski (Quizquiz)

Tenía que encontrar la historia de este nombre, aunque yo lo he tenido más como Kiski, y es así como bauticé a mi dogo argentino. Recuerdo que en Michivilca teníamos un perro pastor cruzado llamado Kiski, muy bravo, hacía muy bien su trabajo de pastor y vigilante del corral. Es en honor a este primer perro con el cual pasé mis primeros siete años de vida que en el 2005 compré a una vecina uno de las cuatro crías que había parido una dogo argentina llamada Kelly.
Cada vez que me preguntaban la razón del nombre Kiski, siempre contestaba que era en honor a mi primer perro y además que Kiski fue un general de Atahualpa, aunque la historia no la conocía en detalle. Ahora urgando un poco en la historia del incanato logré encontrar un artículo que explica con lujos quien fue Kiski, mejor dicho Quizquiz.
Gracías a http://www.biografiasyvidas.com/biografia/q/quizquiz.htm, les hago conocer la historia de Quizquiz.
En 1531, Huáscar, descontento con la creciente fama de su hermano, lanzó a sus tropas contra sus posesiones. Los cuzqueños conquistaron la ciudad de Tomebamba y todo el territorio de las tribus cáñari, vasallos del soberano quiteño. Reunió a Quizquiz y a los caudillos Caracuchina y Rumiñahui para que le aconsejaran sobre qué actitud a tomar ante el ataque. Los caudillos aconsejaron contraatacar, propuesta que fue aceptada por Atahualpa.
Quizquiz fue nombrado general en jefe de las tropas quiteñas y, auxiliado por Caracuchina y Rumiñahui, reunió a sus efectivos en la llanura de Turubamba. Las tropas de Huáscar, a las que se habían unido los hombres del cacique cáñari Chapera, avanzaron hacia Quito. Con el fin de frenar a los invasores, Quizquiz ordenó ocupar el puente del río Ambato, e hizo avanzar al grueso de sus fuerzas hacia Mocha, donde tuvo lugar el primer enfrentamiento entre ambos ejércitos.
Las tropas de Quizquiz fueron derrotadas y el general se vio obligado a ordenar la retirada. Atahualpa le ordenó reunir a lo que quedaba de sus fuerzas y unirse a las tropas de Caracuchina en Catacunya, donde se intentaba frenar al enemigo. El nuevo enfrentamiento tuvo lugar en Ambato; la batalla se alargó durante todo el día pero, al llegar la noche, los quiteños obtuvieron la victoria.
Quizquiz recibió la orden de no avanzar hasta que no supiese cuales eran las intenciones de Huáscar. Éste envió a Huanca Auqui para continuar la lucha. Quizquiz ordenó ocupar el puente del río Tomebamba, pero no pudo contener el ataque de los incas, quienes hicieron preso a Atahualpa, que se encontraba visitando a sus tropas. El soberano consiguió escapar y unirse a Quizquiz, quien había organizado sus defensas en el cerro de Molleturo, donde fue sitiado por las tropas cuzqueñas. La llegada del soberano levantó la moral de los combatientes, quienes lograron romper el cerco y obtener la victoria. El general quiteño hizo descansar a sus tropas durante unos días tras lo cual las lanzó sobre Tomebamba, donde tuvo lugar una segunda batalla.
Huanca Auqui se vio obligado a retirarse ante el empuje de los quitus. Atahualpa ordenó a su general que penetrara en la región oriental y que sometiera a los quijos, pueblo que habitaba en las márgenes de los ríos Coca, Quijos y Alto Napo. Pero se vio sorprendido por Huanca Auqui, quien atacó a las tropas quiteñas de la frontera, tras lo que retrocedió a Cusibamba. El jefe de las tropas quitus ordenó el contraataque obteniendo la gloriosa victoria de Cusibamba.
Los cuzqueños huyeron hacia Cajamarca, donde se les unieron 10.000 guerreros chachapoyas, los cuales fueron enviados a detener el avance de las tropas de Quizquiz. La batalla tuvo lugar en Cochaguailla, donde el caudillo cacique quiteño dio muestras de su gran capacidad táctica, lo que le permitió infringir la derrota definitiva a Huanca Auqui. Siguiendo las órdenes de Atahualpa conquistó Cajamarca y avanzó hasta Huamachaco y los ríos Pacasmayo y Yanamayo, lo que coincidía con los límites que le habían correspondido al soberano quitus según el testamento de Huayna Capac.
Huáscar envió nuevas tropas que se enfrentaron a las huestes de Quizquiz en las orillas del río Bombón y, a pesar de que no habían descansado desde la batalla de Cusibamba, obtuvieron la victoria tras tres duros días de combate, aunque las bajas fueron numerosas en ambos bandos. El soberano inca respondió poniendo al frente de sus hombres a Mayta Yuapangui, quien se enfrentó a Quizquiz en el valle de Yanamarca, y fue derrotado. El general quiteño ordenó a sus hombres que persiguieran a las tropas enemigas en su huida; sus escuadras las alcanzaron en el río Angoyuco donde el resto del ejército cuzqueño fue derrotado en su mayor parte.
Al quedarse sin ejército, Huáscar solicitó ayuda a todas las provincias del imperio que todavía se encontraban bajo su control. Tras reunir un poderoso ejército marchó a enfrentarse a Quizquiz. Consiguió a derrotar a su segundo, Caracuchina, y se encontró con el caudillo a orillas del río Cotabamba. El general quiteño se vio obligado a retirarse, pero consiguió frenar las huida de sus hombres y los hizo regresar para enfrentarse a los cuzqueños. Aprovechó que éstos se encontraban celebrando su victoria para organizar las tropas en torno a ellos y reorganizar a sus hombres. Ordenó el ataque al amanecer, lo que sorprendió a las tropas de Huáscar, que se encontraban recuperándose de las celebraciones. Sin embargo, los incas pudieron reorganizarse y contener la arremetida quiteña.
En el fragor del combate, Quizquiz divisó la armadura dorada del soberano inca, quien se encontraba observando la batalla desde un cerro cercano. Rápidamente decidió hacerle prisionero. Para distraer la atención del grueso de las tropas enemigas ordenó al grueso de sus tropas llevar la lucha hacia las laderas de los montes Chontacajas. Mandó a un grupo de sus mejores soldados hacia donde se encontraba Huáscar, consiguieron sorprender a su escolta y hacerle prisionero. La noticia se extendió entre sus hombres, quienes emprendieron la huida.
Esto permitió a Quizquiz entrar victorioso en la capital de los incas, la ciudad sagrada de Cuzco. Ordenó la ejecución de toda la familia real, lo sacerdotes cuzqueños, las vírgenes del sol, los orejones, los nobles de la corte imperial, los jefes del ejército y los altos funcionarios del gobierno de Huáscar. Proclamó a Atahualpa el único inca y señor de todo el Tahuantinsuyu. Cuando Atahualpa fue hecho prisionero por Pizarro el 16 de noviembre de 1532 en Cajamarca, Quizquiz fue el organizador de la resistencia desde Quito, lo que se conoció como la resistencia quiteña, pero fue derrotado finalmente por los españoles.
PD:
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El Huayno Cerreño

Tenía curiosidad de conocer el origen del Huayno Cerreño y vaya que me encontré con muchas cosas sorprendentes.
Es a partir de la segunda década de mi vida que he empecé a volver a mis raíces musicales, una de ellas es por supuesto el huayno, y en especial el Huayno Cerreño. Es de esos huaynos de bailar suave y elegante, el instrumento característico por excelencia del Huayno Cerreño y que lo diferencia del resto de huaynos es la mandolina. Su sonido melancólico es acentuado por el violín. Con el paso de los años han ido desapareciendo los pocos artistas que la mantenían vigente.
Según la historia, el Huayno Cerreño al igual que la muliza tiene influencia de los gauchos argentinos, que en épocas de la guerra por la independencia, los argentinos venían de parte norte con asemilas (bestias de carga), estos aparte de ser buenos transportistas eran buenos tunantes con la vigüela en la mano, el poncho y la bufanda en el hombro entonaban cánticos melodiosos. Si alguno ha leído a Martin Fierro, escritor argentino, podrán dar con la vigüela, instrumento que con el paso de los años fue reemplazado por la guitarra, en uso y nombre. No hace mucho vi una película sobre la vida de Martin Fierro en las tierras gauchas, cantando al compás de la vigüela.
Aquí me pongo a cantar
al compás de la vigüela,
que el hombre que lo desvela
una pena extraordinaria,
como la ave solitaria
con el cantar se consuela.
(.../...)
Con la guitarra en la mano
ni las moscas se me arriman;
naides me pone el pie encima,
y, cuando el pecho se entona,
hago gemir a la prima
y llorar a la bordona…
Esta influencia gaucha fue transmitida por los cerreños a Junín y Huánuco, y hasta Tarma. Cerro de Pasco fue hasta hace casi seis décadas atrás la capital del departamento de Junín, de allí su influencia al resto de ciudades. Es así como por ejemplo la Chonguinada, baile costumbrista de la región del centro, fue una herencia de Cerro de Pasco a Junín.
Ya entiendo mejor las costumbres antiguas de mi padre, yo no lo vi, lo ha contado muchas veces, mi hermano está más al tanto de esas jornadas, mi padre montado en caballo realizaba largos viajes por los pueblos de la quebrada de Chaupiguaranga, mi padre debe de haber sido un arriero. Ya me lo imagino, con su poncho, sombrero y látigo en mano arreando el ganado, lo que me perdí carambas!!!.
Seguramente mi padre ha llegado a conocer sino participar en una Calistrada, la cual era un desfile de cientos de varones montados a caballo luciendo sus mejores galas y tocando guitarras, violines, mandolinas, charangos, clarinetes, etc hacían retumbar las alturas en los años de opulencia minera.
Bueno, ya sabemos de dónde proviene el Huayno Cerreño, ahora sólo queda escuchar unas cuantas melodías cerreñas para cerrar esta columna por hoy. Hasta pronto.
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sábado, 21 de marzo de 2009
Michivilca

Michivilca, se encuentra ubicada en la quebrada de Chaupihuaranga, provincia de Daniel Alcides Carrión, Pasco, Perú. Se encuentra bordeado por dos ríos, uno proveniente de las zonas de Hatun Ogragra y de Ichiq Ogragra, el otro el río Chaupihuaranga, que va en dirección a Huánuco.
El clima de esta zona del Perú es seco, el frio no es tan intenso, muy similar a ciudades como Huancayo y Tarma, tiene gran cantidad de vegetación, muy hermoso a la vista.
Michivilca es un paso obligado si se quiere viajar de Yanahuanca (Capital de la provincia) a Huánuco, que se encuentra a cuatro horas aproximádamente, el trayecto es de trocha, en épocas de lluvia (Enero- Marzo) se torna complicado transitar. Igual ocurre si se va en dirección a Yacán o Chaupimarca, pueblos que se encuentran en las alturas.
La población actual de Michivilca es reducida por la constante migración a las ciudades de la Costa, principalmente Lima, es una de las razones por la cual no es un distrito, es anexo del distrito de Tapuc, que se encuentra al otro extremo del rio Chaupihuranga, en lo alto.
Las ocupaciones de la población básicamente son la agricultura y ganadería, actividades que se han mantenido generación tras generación. Hasta hace veinte años, según recuerdo, sembrábamos trigo, maiz, olluco, oca y por supuesto la papa, tanto la blanca como la amarilla y la colorada. En mi última visita noté que se había perdido esa variedad de cultivo, debido a la dificultad del sembrío, como es el caso de la papa, que se realiza en las partes más elevadas, a la poca cantidad de personas y claro, al cambio climático.
A nivel educativo, se cuenta con una escuela de inicial, una de primaria y otra de secundaria. No ha variado mucho, digo para bien, se mantiene el olvido en este aspecto por parte de las autoridades, por mediocridad y desconocimiento.
A pesar que no recuerdo mucho de nombres de las personas y lugares, si tengo claro los recuerdos de mis vivencias de los primeros ocho años. Era tarea cotidiana salir a tempranas horas a "pastear" las vacas, toros y carneros, siempre en compañía de mi perro pastor, Kiski, un cruzado de talla mediana, muy bravo. Se acostumbraba almorzar temprano, a las once la mañana me parecía buena hora. Cuatro de la tarde empezaba a juntar a los animales con la idea de llevarlos de vuelta al corral, todos normalmente ya estaban con la panza hinchada, señal de que se habían alimentado bien. Lo que quedaba de la tarde era para jugar en la cancha del pueblo, se solía acostar a eso de las siete de la noche.
La fiesta principal, es de la Virgen del Carmen, que se dá por el mes de Mayo. Hay fiesta patronal tanto en el pueblo como en Lima, suele realizarse los domingos, es toda una jornada que va desde el día anterior hasta madrugada del lunes.
Buscaré en el archivo de mis recuerdos detalles que han quedado relegados sobre Michivilca.
domingo, 15 de marzo de 2009
El útero de Marita - Por César Hildebrant
En primer lugar, me equivoqué al decir que la suite que Alan García le alquiló a Thorndike en el hotel Crillón estuvo destinada a domiciliar allí la dirección de “Página libre”.
Mi fuente me aclara que ese alquiler, prodigado en efecto por García desde la presidencia de la República y con la plata negra que siempre lo ha asistido, tuvo como objetivo el que Thorndike sintiera la comodidad necesaria -y los consumos adecuados- para perpetrar el libro “La revolución imposible”, un encargo palaciego que el periodista cumplió con el tesón que le ponía también a sus creaciones pre-pagadas.
“La revolución imposible” describía un falso intento de golpe de Estado que la Fuerza Aérea habría urdido en contra de García. La anécdota que permitía la elefantiásica especulación de Thorndike consistió en que un día varios aviones de guerra sobrevolaron a baja altura parte de Lima, incluyendo en su itinerario las proximidades de la casa de gobierno.
Aterrorizado, García llamó a Mantilla, quien llamó al Ejército. Se pusieron baterías antiaéreas en las azoteas de Palacio y García se paseaba con un chaleco blindado dando órdenes extrañas mientras Mantilla, embutido en otro chaleco, experimentaba ser, por un momento, el asistente de un Allende imaginario.
A partir de esas vanas alharacas, Thorndike inventó una conspiración castrense destinada a “matar a un líder del Tercer Mundo” y retrató a García con los mejores colores que de su pluma podían salir. Y la verdad es que su talento podía hacer que la noche pareciera día, el rojo un azulino de mar y García todo un valiente.
Mi fuente me aclara que en las elecciones de 1990 la primera apuesta de García y de su prontuariado entorno fue Alfonso Barrantes. “Página libre” se inventó en la sede de la presidencia de la República para apoyar originalmente al líder de Izquierda Unida. Eso explica por qué el periódico pudo convocar, en su primera fase, a gente como Víctor Hurtado, Eloy Jáuregui, Mirko Lauer y hasta Edmundo Beteta -el actual candidato a contralor-, subjefe de la sección de Economía.
Era un diario a todo meter que se hacía con los dineros turbios que años más tarde explicarían parte de la fortuna de García, las cuentas de Mantilla y los privilegios descarados del dólar MUC (Mercado Único de Cambios).
Para García el pánico mayor, en ese entonces, era imaginar que Vargas Llosa cumpliera su promesa de investigar a “los ladrones y bribones” que habían poblado su gobierno y saqueado la hacienda pública. No era que Barrantes lo sedujera políticamente. Era que la amistad con Barrantes le permitía pensar que un gobierno de “Frejolito” no destaparía las alcantarillas.
Cuando la candidatura de Barrantes dio muestras de enfermedad terminal, García pensó en aquel “japonesito” que, gracias a la prédica casa por casa de los evangelistas y a su discurso populista “antishock”, empezaba a despuntar en algunas encuestas.
El testigo ocular que me narra estos sucesos añade que la decisión de la famosa portada dominical “¡Fujimori 10%!” la tomó García, el verdadero amo de “Página libre”, y la ejecutó Thorndike con la sangre fría de toda la vida. Lo cierto es que, en ese momento, Fujimori no llegaba ni al 5% de intención de votos y Thorndike lo sabía porque se lo habían dicho los jefes y editores presentes aquel sábado por la noche.
La fuente que nutre esta columna me añade este párrafo delicioso que no puedo dejar de reproducir:
“Nos dimos cuenta de quién era el verdadero dueño del diario cuando, ante una eventual falta de pago y la protesta respectiva, los trabajadores decidieron enviar una delegación para que hablara con “la patronal”. Nos recogieron unos carros sin placa y con lunas polarizadas. Terminamos en el Ministerio del Interior, con Agustín Mantilla y algunos de sus asesores. Nos prometieron regularizar los pagos y nos dijeron que harían una cafetería en la azotea de la casa donde se hacía el diario, que era la casa de Pipo Thorndike, primo de Guillermo”.
Nunca se supo si Iván García, el subdirector de “Página libre”, coordinaba directamente con Hugo Otero, el asesor de prensa de García, o con el mismo presidente de la República. La que sí era segura era la consulta diaria que Thorndike hacía con García antes de aprobar la portada que se publicaría al día siguiente.
A las 6 y 30 de la tarde del 8 de abril de 1990, el día en que Vargas Llosa venció apenas a Fujimori y se vio claro que en la segunda vuelta el novelista sería arrollado, el doctor Alan García, desaforadamente feliz, se acercó al local del periódico, trepó al descanso de unas escaleras y dio un breve discurso de agradecimiento a la plantilla reunida.
Al bajar, mientras estrechaba manos y se abrazaba con quien encontrara, decía a gritos: “¡Lo cagamos, lo cagamos... Muy buen trabajo, muchachos...!”
Entre esos muchachos no sólo estaban Iván García y sus flamantes ninjas. Saludaban también eufóricos a Su Excelencia los ex presidiarios que Thorndike había llevado a “Página libre” como “fuerza de choque y seguridad”. El más contento de ellos parecía ser “Gavilán”, el delincuente que, años atrás, había matado a “Tatán”, el más célebre ladrón de nuestra historia policial, de una pundonorosa puñalada.
Más tarde, García dejó de subsidiar el diario que ya no necesitaba. A solas con el tiraje y con los compromisos financieros, Thorndike quisó prolongar la vida del periódico haciendo lo que mejor hacía: periodismo policial sin concesiones.
Su gran historia fue la de Marita Alpaca Raa, la señorita que un banquero intoxicado, funcionario del Banco de Comercio, arrojó una noche de juerga desde un piso alto del Sheraton. “Página libre” ayudaría a descubrir la desaparición del útero de Marita, birlado en las instalaciones de la Morgue Central de Lima. Ahora ya saben de dónde viene el nombre del famoso blog.
Pero ni el útero de Marita salvó a “Página libre” de su extinción. Un día dejó de salir y pocos fueron los que lo lamentaron. Había contribuido a la entronización del más podrido de los regímenes de todo el siglo XX. Había cumplido largamente su papel. Era un diario histórico.
martes, 10 de marzo de 2009
Luces y sombras de Thorndike - Por César Hildebrant
Ha muerto Guillermo Thorndike y en esta hora de hipocresías funerarias hemos tenido que escuchar esos elogios de velorio y esas penas casi obligatorias que acompañan a la florería de ocasión. Lo peor de una muerte son los discursos y la mayor parte de los discursos son la muerte. Pero en el caso de Thorndike los desmanes apologéticos y la tristeza profesional de algunos locutores suenan especialmente insufribles. Porque quizá la manera más delicada de asistir al entierro de Thorndike sea guardando un prudente silencio. Un silencio que evoque al gordo amable y al magnífico padre y al indesmayable escritor que fue también Guillermo Thorndike. De otra manera tendríamos que repasar la vida de un hombre extraordinariamente talentoso que hizo todo lo posible para ser recordado no por su talento sino por las debilidades de su carácter y su varias veces demostrada falta de escrúpulos. Todo en Thorndike fue contradictorio. Creaba publicaciones que luego quería asesinar, amasaba fortunas sólo para darse el gusto de dilapidarlas, escribía libros por encargo mientras se apasionaba siguiéndole la pista al más puro de los peruanos –quizás debiera decir al único peruano digno de asociarse con la pureza-: Miguel Grau. Era casi como sumergirse en Grau para sacarse el sarro de tantas inmersiones en los manglares del oficio. Fundó “La República” pero dirigió “La Razón” fujimorista, se jugó por Velasco pero trabajó al lado de Ramírez Erazo, fue el padre de un estilo que consistía en titular a gritos pero también fue padrino de Pepe Olaya. ¿Qué recordar de él, para ser justos y amables a la hora de su muerte? ¿Recordar su excelente “1879” o su papel al lado de los hermanos Winter en plena dictadura? ¿Su versión entre histórica y novelada pero de cualquier modo formidable de “El año de la barbarie” o su trabajo como director de “Página Libre”, el diario que Alan García montó para él con el propósito de enlodar a Vargas Llosa y ayudar al naciente Fujimori? Thorndike le dijo a Jorge Coaguila en el 2008, en las páginas de “La Primera”, que gracias a “Página Libre” “le volteamos la escalerita (a Vargas Llosa)”. No fue para tanto, pero sí es cierto que “Página Libre” ayudó a escribir la agenda que terminó con el triunfo inesperado de aquel Fujimori que había pactado con García un canje de ayudas de campaña por impunidades del futuro. Que Fujimori traicionara ese pacto en 1992 confirmó que el ciudadano binacional que nos gobernó la década del asco superaba en capacidad de traición al promedio de los políticos netamente peruanos. En su famoso libro autobiográfico, Mario Vargas Llosa escribió lo más violento que alguien pudo escribir en torno a Thorndike: “Alan García, con su intuición infalible para este género de operaciones, reclutó a varios de ellos para que fueran sus mastines y me los lanzó armados con las armas que manejan tan bien...El primer contratado fue –gran paradoja- un periodista mercenario que había servido fielmente a Velasco desde la dirección de “La Crónica”, un personaje del que se puede decir, sin temor a equivocarse, que es el más exquisito producto que el periodismo de estercolero haya forjado en el Perú: Guillermo Thorndike...” Muy pocas veces Vargas Llosa ha escrito algo de tan vitriólicas características. Lo cierto es que el papel que cumplió Thorndike en “Página Libre”, un diario que se ideaba en el hotel “Crillón”, donde García había alquilado una suite para que su matón periodístico hiciera de las suyas cada noche, fue repulsivo. Fue, además, el pago con el que Thorndike canceló la factura de su nombramiento como representante diplomático de García en la sede de Washington de la OEA. En esa misma entrevista con Coaguila, Thorndike trató de explicar su paso por algunos muladares del periodismo con estas tristes palabras: “Hay épocas en las que uno tiene que trabajar limpiando baños, letrinas...” ¿Era consciente Thorndike, entonces, de la naturaleza de algunas de las tareas que se impuso para sobrevivir? Esa frase antecitada, que reiteraría meses más tarde en “Perú 21”, indica que sí. Y ese es el reproche mayor que podría merecer el personaje. El daño que le hizo Thorndike a la profesión periodística fue enorme. Porque al imitar a Federico More, tanto en venalidad como en talento, Thorndike envió el mensaje que la derecha y los politicastros bebieron con angurria: los periodistas se alquilan y se tiran después de usarse. Y a partir de ejemplos como el suyo es que el empresariado periodístico ha considerado el oficio de informar como algo que debiera estar a cargo de ejércitos mercenarios. Otro inmenso talento que terminó arrendándose y subarrendándose al mejor postor fue Luis Felipe Angell, Sofocleto. Precisamente a raíz de la muerte del humorista, Thorndike recordó una de las mejores boutades de sus “Sinlogismos”: “La inmortalidad es el arte de morirse a tiempo”. Si aparte de perversa esa frase fuera cierta, pocos podrían negar que Thorndike ha pasado al panteón de los inmortales de la prensa peruana. |