La fiesta de la Virgen del Carmen es una tradición colonial, que se celebra en distintos pueblos del Perú y en otros también en otros países a nivel mundial.
Todos los años en el domingo más cercano al dieciséis de julio se programa la fiesta principal de Michivilca, tanto en nuestro pueblo natal, como en la ciudad de Lima, donde se encuentran todos los inmigrantes, nuestros paisanos.
Es el día central el reencuentro anual, del recuerdo de las costumbres, bailes y comidas típicas. Aunque les contaré que el preparativo para esta fiesta empieza un año antes (en la fiesta anterior) donde se va comprometiendo al son de la música y la bebida especialmente preparada para ese día, el caliche por ejemplo , a los paisanos a colaborar con algún grupo musical, comida o dinero para la fiesta patronal del siguiente año, obviamente que muchos de los que se comprometen con copas encima aceptan sin chistar, luego se darán cuenta que tienen que ahorrar para cumplir con su compromiso, bueno es parte de nuestro folclor. El principal comprometido entre todas las personas es el nuevo Mayordomo, quien tendrá el encargo de preparar la fiesta central, obviamente que la consigna es que sea mejor que la anterior.
La fiesta, como les comentaba, siempre es un domingo, pero empieza desde el sábado, con una reunión en la casa de los Mayordomos, los paisanos van a visitarlos, es una reunión pequeña, donde por lo general participan los más allegados a la familia de los Mayordomos y los paisanos más nostálgicos de esta fiesta. Suele extenderse hasta el amanecer del domingo.
La misa por la Virgen se da antes del mediodía, se lleva la estatua de la Virgen a la Iglesia escogida, previamente bien arreglada y maquillada para la ocasión, para que sea bendecida por el párroco. Una vez terminada la misa, se pasa a la tradicional procesión de unas cuantas calles, seguida siempre por los pocos paisanos que llegan a ir a esa hora, y los músicos contratados para llevar el compás de la procesión. Una vez terminada la procesión se traslada en una camioneta a la Virgen al local de fiesta patronal. Los paisanos van mediante diversos medios de transporte al local, saben que les espera un suculento almuerzo de los platos más deliciosos que siempre añoran volver a probar. Para empezar habrá un delicioso caldo de cabeza o un irresistible patasca (sopa de mote), de allí se podrá disfrutar de la pachamanca y algún otra delicia culinaria. No faltará por supuesto la bebida especial, la chicha de jora, el caliche y alguna bebida ocasional preparada por los anfitriones.
Los paisanos michivilquinos poco a poco van llegando al local de la fiesta, el programa musical va entrando en funcionamiento, primeramente con los músicos menos conocidos y alguna que otra participación ocasional de los hijos o conocidos. Por lo general siempre se contrata entre uno y dos artistas reconocidos que se presentarán en el horario estelar, a eso de las ocho y nueve de la noche, ya se imaginarán que la fiesta terminará en la madrugada del lunes.
Pero más allá del baile y los brindis, lo que se logra con estas reuniones anuales es el reencuentro de una población que por cuestiones más económicas han tenido que salir de su pueblo natal hacia la capital, son unas horas donde cada uno de los participantes michivilquinos se sienten orgullosos de sus raíces y lo pueden demostrar sin restricciones, saben que los demás lo entenderán. Porque para entender a un michivilquino tiene que haber otro michivilquino.
Se trata de preparar la fiesta manteniendo las tradiciones del pueblo, tanto a nivel musical, comida, vestimenta y otras costumbres, pero que por el paso del tiempo se irán perdiendo conforme o mutando a otras costumbres.
La música especial y que hace estremecer a todo michivilquino es la música cerreña, lamentablemente ya no existen artistas con la gala de antes que puedan mantener estas melodías, verán que los más entusiastas en bailarlas son los paisanos más antiguos, porque aparte de escuchar el sonido del violín, las bandolinas y guitarras, están las historias que encierran estas canciones cerreñas.
A estas horas que escribo este artículo ya deben estar con los preparativos para la misa, hoy Ángel Dámazo promete deleitarnos nuevamente con su inolvidable San Juan de Yacan, y esto saben porque?, porque en parte de la letra de esta canción se nombra a nuestra añorable Michivilca.
Hasta pronto.